

Esta es mi historia
Soy VR., madre, esposa, amante del café y los libros y perfeccionista empedernida. A los 16 años decidí salir de casa para estudiar al otro lado del charco, y vivir el sueño deportivo americano, creciendo como persona y deportista. Me licencié en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y me convertí en entrenadora Nacional de Triatlón y Natación.
A partir de aquí he trabajado en varias áreas del deporte: como entrenadora, nutricionista, preparadora física y más tarde como docente y coordinadora del departamento de deportes de un centro educativo internacional, impartiendo clases de Fisiología, Nutrición, Entrenamiento, Psicología deportiva, así como gestionando toda el área deportiva.
Hace un tiempo mi vida iba muy rápido. Dirigía mi tiempo en piloto automático, hasta que toqué fondo. Mi cuerpo y mi mente me dijeron “¡basta!”. El estrés me pasaba factura, sufría problemas intestinales y una lesión de espalda me robó mi independencia. Mi rutina me estaba ahogando, y la excusa era siempre la misma: “No tengo tiempo.”
La vida me golpeó duro: casi pierdo a mi madre por un problema cardíaco, perdí a mi padre por un cáncer en menos de seis meses, y la pandemia me obligó a parar y reflexionar. Me di cuenta de que estaba conduciendo un coche sin frenos, dejando mi salud y mis sueños en el camino. Fue entonces cuando entendí algo: nadie iba a salvarme. Mi vida estaba en mis manos.
Y aunque había sido triatleta y entendía los entrenamientos como sesiones largas de trabajo, decidí volver a lo básico. Si no tenía tiempo para dedicarme una hora al día, entonces tenía que dedicar al menos 10 minutos. Y esos 10 minutos lo cambiaron todo. Comencé a entrenar un poco cada día, a nutrirme de información nueva, cambié mi forma de comer y así empecé a sanar desde dentro hacia afuera. Con el tiempo, esos 10 minutos se convirtieron en mi refugio, mi motor, y la base para construir un nuevo camino.
Transformé mi dieta hacia alimentos reales y antiinflamatorios. Cambié los carbohidratos refinados por proteínas animales y carbohidratos naturales. Los productos light por las grasas, y los desayunos por los ayunos. Mi energía volvió, mi salud hormonal mejoró y mi mente se despejó. De ser una mujer al borde del colapso, pasé a convertirme en una mujer fuerte, segura y, finalmente, libre.
Hoy, trabajo al 100% en mi proyecto profesional, ayudando a personas como tú a descubrir que no necesitas grandes cambios para empezar. Tengo un podcast donde entrevisto a profesionales de la Salud, el Deporte, la Nutrición y el Desarrollo personal, y aprendo de ellos. Solo necesitas un pequeño compromiso diario: 10 minutos que marcan la diferencia.
Esta es mi historia, pero ahora quiero que tú escribas la tuya. Porque cuando decides trabajar en ti mismo, no solo mejoras tu vida, sino también la de los que te rodean. Así que dime, ¿estás listo para empezar con esos 10 minutos al día que pueden cambiarlo todo?